Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina: "Nicaragua, Nicaraguita" (versión larga)

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Cuando tienes recuerdos hermosos y uno de esos recuerdos vuelve a ti, los sentimientos se agolpan de forma abrupta, notas un nudo en la garganta que te atenaza, que no te deja huir, que te atrapa. Hoy tuve uno de esos recuerdos hermosos, profundamente hermoso.

Cuando encendí mi computadora y recibí los mensajes en mi Outlook, uno de los correos ponía en "Asunto": la música de Carlos Mejia Godoy... En el resto del mensaje sólo había un enlace a una página Web sobre la vida de Carlos, su hermano, su lucha, su pueblo. Leer sobre su historia y su música me llevó a recordar una canción hermosísima llena de sentimientos, uno de los himnos más hermoso que se pueda oír. Y recordé...

Recordé que hace tiempo, en uno de los primeros viajes que hice a América Central, tuve la suerte de estar en Managua y ver en directo una actuación de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina.

Me impactó la capacidad que tenían para expresar sentimientos, el fervor que sus letras despertaba en el público y el muchísimo cariño que le profesaba la gente más popular, el pueblo llano.

En medio de la alegría que compartimos durante el concierto, muy cerca del escenario, viví dos horas de comunión/comunicación con Carlos Mejia, rodeado de gente que lloraba en algunos momentos, en otros explotaba de alegría, a continuación sentían tristeza... fueron dos horas especiales, 120 minutos que jamás olvidaré. Los instantes más hermosos se vivieron mientras el grupo interpretó una canción muy especial, llena de sentimientos románticos y revolucionarios, un himno de liberación... fue el momento más intenso y emotivo.

Hoy quiero compartir con vosotros los instantes de esperanza que transmitió la canción "Ay Nicaragua, Nicaragüita..."; quiero compartir con vosotros la alegría que emana una canción compuesta e interpretada con el júbilo e ilusión del pueblo que se sintió libre después de años de opresión e injusticia. Desgraciadamente, como pasa en las revoluciones hermosas, esa libertad recuperada se fue marchitando, marchitando, por culpa de las traiciones de algunos de sus líderes y los ataques contrarevolucionarios internos y externos.

El ambiente de la Nicaragua de hoy en nada se parece a la Nicaragua que yo viví, por eso prefiero mirar atrás y recordarla tal cual dice la estrofa final de la canción: "Ay, Nicaragua sos mas dulcata que la mielita de tamañas, pero ahora que ya sos libre, Nicaragüita yo te quiero mucho más. ¡Viva Nicaragua libre!".

Alfredo

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